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Uno por cada género: crónica, ensayo, narrativa y poesía.

Chile Centro (crónica, 2019), de Marcelo Milman Pilnick
Una crónica al detalle de un viaje a la región centro de Chile.

Lo personal es entretenimiento (ensayo, 2017), de Chelo Mil
Análisis de una emisión de 2014 de ShowMatch.

La desnudez de los perros (narrativa, 2016), de Chelo Mil
Tres relatos que transcurren en tres bares de la ciudad de Rosario.

Un pequeño aporte a tu biblioteca digital (poesía, 2020), de Marcelo Milman Pilnick
Poesía bilingüe, español - inglés.

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Cuadernos de Poesía

Título: Cuadernos de Poesía
Autor: Marcelo Milman Pilnick
Género: Poesía
Soporte:  papel, digital (ePUB, PDF)
ISBN: 978-987-28308-4-7
Año: 2022

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Descripción: Poemas que fueron surgiendo a partir del año 2016, y que fueron plasmados de manera tradicional, analógica, con una birome sobre los renglones de distintos cuadernos. Una especie de diario, íntimo y lírico, heterogéneo en lo que a temas y estilos se refiere.

Fragmentos:

Primer cuaderno (2016)

Tapa dura como algunos recuerdos
con tonos de marrón y naranja
que remite al sepia de esas fotos con aroma a pasado
Muestra un biciclo y una bicicleta
delante de la silueta de una ciudad
antigua y moderna al mismo tiempo
Cómo te extraño siglo diecinueve

- - -

la radio se escucha en la televisión
la televisión muestra los diarios
las redes abordan los medios con ironía

mientras tanto

yo estoy en una isla desierta
y pienso en tus labios

Calesita

Por Marcelo Milman

Hoy fue feriado por el censo, así que estaba casi todo cerrado. A la mañana me desperté, desayuné y salí corriendo a comprar cigarrillos a la estación de servicio a tres cuadras. Volví un ratito antes de que la censista me toque el portero. Le mostré el código del trámite digital, le respondí que no vivían mujeres en el departamento, y listo. Luego almorcé, y a la tarde salí a caminar, a dar un par de vueltas a la plaza. La zona de juegos estaba llena de niñes y padres, y la calesita girando y girando. Me detuve un momento a observarlos: un padre acompañando a su hija en la bicicleta, no sé si tenía rueditas o no; y una madre amacando con fuerza a su hija, que ya parecía volar; entre otres.
Tengo más de cuarenta años y no tengo hijos, y pocas veces reflexioné sobre esa posibilidad. Soy un varón cis homosexual, ponele, pero que con mi pareja (si la tuviera) no podamos gestar, hoy en día no significa mucho, hay otras formas y métodos de tener hijos. O quizá podría estar con un varón trans… Supongo que lo importante es el deseo: ¿quiero paternar?, ¿quiero tener hijos? Lo primero que pienso es que la responsabilidad que conlleva me parece abrumadora. Al mismo tiempo sé que habría en esa relación filial muchos momentos de felicidad y amor. No sé, en mí esta cuestión está como suspendida, eludida, y mientras transcurre la vida.

Promesa

Por Marcelo Milman.

Leo fragmentos, mi cabeza ingiere textos cortos de distintos autores, en el celular. Hay algo en la multitud que me atrae, que me comprende, lejos de las sábanas, pero cerca. Ayer estaba viendo tuiter y apareció un videíto porno, un oso pajeándose, y me encantó. Mi deseo sigue estando ahí. La internación no pudo sacármelo o, quizá, me lo devolvió.
La internación: golpean la puerta en lo de mi vieja, es la ambulancia y la policía; me vienen a evaluar, dicen. Dos semanas adentro, con compañeros de todo tipo (adictos, esquizofrénicos, suicidas, religiosos). En la imagen aparecen dos, Elías, quinta generación de anarquistas, y Lidia, una especie de matriarca dentro del lugar. Pero yo ya salí. Y ahora hago las compras, camino por la vereda y veo mi reflejo en algunas puertas vidriadas o en las ventanillas de los autos, y no me gusta. Pero bueno, hay que tratar de arreglarse y seguir, siempre seguir. Hoy me compré un café con leche, para llevar, y una media luna rellena con chocolate, en el bar de acá cerca donde trabajan bien. Volví a casa y desayuné, mirando tele. Estuvo bien, tengo pequeños oasis de disfrute. Después vino el gasista para arreglar la estufa y me interrumpió la escritura, por unas horas.
Pero volvamos a los fragmentos, hace un rato, también en tuiter, leí un hilo sobre 2020 y la cuarentena en Argentina. Que mal la pasé, sobreviví, como pude, pero el encierro deja marcas. Hoy tengo cuatro vacunas y la cosa está más tranquila, por suerte. Siguiendo con los fragmentos, antes de la internación también los leía, pero en libros, tenía al lado de la cama un diario (el de Ana Frank), uno de textos cortos de Benedetti, y una compilación de poesía contemporánea. Entonces, leía una o dos páginas y dejaba. Ahora quiero conseguir Teoría de la novela, de Lukacs; quiero tener una base antes de deslizarme en el camino de la narrativa larga, extensa.
Bueno, esta vuelta a la escritura tiene mucho de promesa, ojalá pueda seguir transitándola.